Un día te levantas, como si fuera un día cualquiera, pero tu destino tiene marcado ese día en el calendario de tu vida como el día en el que conociste a la mejor persona del mundo. Puede que ya la hubiera visto antes o incluso que hubiéramos hablado alguna vez, pero nunca pensé que llegaríamos a ser como hermanas. Nunca imagine que existía una persona tan parecida y a la vez tan distinta a mi, a la vuelta de la esquina.
Nos esforzamos tanto por buscar a esa determinada persona, que pasamos por alto los pequeños detalles que marcan la diferencia.
Es curioso como el destino juega con nosotros como si fuésemos marionetas, representando una obra llamada vida, en un teatro llamado mundo. Aunque de no se por ese extraño destino quizás nunca hubiera conocido a mi mejor amiga.
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